Dicen que la vida es una fiesta que podemos celebrar todos los días. Pero, ¿por qué celebramos? Todos hemos asistido a bodas, graduaciones, bautizos, cumpleaños, o alguna de las miles de celebraciones que existen en las diferentes religiones. Sin importar el país, la cultura, la religión, todos tenemos alguna celebración. Pero ¿son de verdad importantes? La Dra. Blanca Almeida nos habla de esto en el capítulo “La importancia de las celebraciones” del Podcast “Hablando del alma y sus tropiezos”.
¿Qué son las celebraciones y cuál es la importancia de realizarlas?
Una celebración es un rito que conmemora una ocasión que consideramos especial. Es una oportunidad de enfocarnos en los sentimientos de felicidad, agradecimiento, tristeza. De apoyar y sentirnos apoyados por nuestra comunidad o personas importantes para nosotros. De compartir.
La importancia de las celebraciones está principalmente ahí. En poder compartir esas emociones que nos genera ese acontecimiento. En sentirnos parte de una comunidad, de un grupo de amigos o de una familia. De saber que hay personas que están ahí con nosotros para ser felices con nosotros en las buenas y darnos su apoyo emocional en las malas.
¿Qué tipos de celebraciones existen?
Por fines prácticos, podríamos dividirlas en los siguientes tres tipos:
- Celebraciones religiosas. Como los matrimonios, bautizos, funerales, las fiestas decembrinas, las peregrinaciones o desfiles religiosos, etc.
- Celebraciones familiares o con amigos. Que pueden o no tener que ver con la religión. Como los cumpleaños, las fiestas por logros (asensos, buenas calificaciones, terminar un periodo de exámenes, etcétera), los funerales, entre otras.
- Y por último están las celebraciones oficiales como las graduaciones, tomas de protesta, reconocimientos laborales, homenajes y cientos más que podríamos mencionar.
Una celebración puede ser grande o pequeña, formal o informal. Cada cultura tiene sus diferentes ritos y formas de celebrar algo. Y lo más importante es respetar las diferencias y conocer más de ellas para aprender acerca de las demás culturas.
¿Hay celebraciones tristes?
Hay fechas que nos marcan. Acontecimientos que nos hacen sentir de diferentes formas. Así que por supuesto que hay celebraciones, felices, tristes o ambas. Todo depende de qué, cómo y por qué se celebre.
Algunas veces son celebraciones que naturalmente nos traen sentimientos no tan placenteros. Por ejemplo, si estás celebrando un funeral, en definitiva puede ser un momento difícil. Pues nos marca cuando perdimos a una persona querida. Pero debemos recordar que no hay nada de malo en sentirnos así, la tristeza no es un sentimiento negativo, es parte de un proceso que debemos vivir y que seguramente se vuelve más llevadero si tenemos cerca a quienes amamos.
Otras fechas pueden haber sido felices en algún momento y convertirse en algo triste después. Como el aniversario de bodas de una pareja que decidió divorciarse. El cumpleaños de un ser querido al que ya no vemos más. Un aniversario fúnebre. Entre muchas otras. Y a veces, precisamente por evitar sentirnos así, comenzamos ritos en esas fechas que se vuelven de alguna forma una celebración. Como salir con amigos, reunirnos con nuestra familia, asistir a misa…
Otras fiestas nos pueden causar sentimientos encontrados. Como las despedidas, las graduaciones, los asensos… Porque pueden significar el fin de un ciclo y el comienzo de otro. Nos puede emocionar lo que viene, sin embargo algo en nosotros sabe que va a extrañar aquello a lo que le estamos diciendo adiós.
Celebrando sin saber por qué
¿Alguna vez te ha pasado que tienes un día festivo en el que no tienes que asistir al trabajo o a la escuela, pero no sabes ni por qué te lo dan? Pues eso pasa en muchas ocasiones. No solo con los días festivos, sino con las celebraciones en genera.
Por ejemplo, hay personas a quienes cumplir años, graduarse, casarse. etc., no les causa alegría. Y que lo celebran porque se espera que haya una fiesta, no porque quieran hacerlo. En lugar de detenerse a pensar si en verdad quieren una celebración.
Otro caso podría ser cuando celebramos una boda. Muchas personas ceden ante la presión de hacer una fiesta como las familias o la sociedad espera. Sin reflexionar en si es lo que la pareja quiere. A final de cuentas el motivo para casarse debería ser la promesa de estar con una persona en lo próspero y en lo adverso, no el tener una gran fiesta con muchos invitados. Es por eso que debemos siempre pensar qué celebramos, por qué lo celebramos y cómo lo hacemos.
Esperamos que hayas aprendido algo nuevo. Recuerda que puedes escuchar el episodio completo “La importancia de las celebraciones” del Podcast “Hablando del alma y sus tropiezos”. Que nos invita a reflexionar acerca de lo que significa celebrar. También te invitamos a escuchar todos los demás Podcasts que tenemos disponibles para ti en Radio Claret América. Porque el desarrollo emocional es un trabajo constante.